El niño español que crecio enrtre lobos salvajes
La increíble historia de Marcos Rodríguez
Pantoja, el niño salvaje que creció entre lobos y sufre entre humanos
Clarin 29/8/2018
Clarin 29/8/2018
En la ficha personal que Marcos
Rodríguez Pantoja tiene en Wikipedia se lee:
Nacimiento: 7
de junio de 1946 en Añora.
Nacionalidad:
española.
Ocupación:
niño salvaje y pastor.
Es verdad que cualquiera puede editar
Wikipedia (sin ir más lejos, en las últimas horas se publicó que había
fallecido el técnico Carlos Salvador Bilardo...) pero también que
desde que se conoció su caso, Marcos Rodríguez Pantoja se ocupa de eso:
haber sido niño salvaje y pastor.
El escenario de su increíble historia
es Sierra Morena, una cordillera del sur ibérico.
Son
las mismas montañas donde ocurren algunas de las aventuras que Miguel de
Cervantes Saavedra le hizo vivir en el siglo XVII a Don Quijote: ese librazo incluye capítulos enteros con eje en ese entorno
natural.
Es ahí, por ejemplo, donde el ingenioso hidalgo y su fiel
escuderoSancho Panza tienen un encuentro
extraño. Lo vio el Quijote:
por
cima de una montañuela, que delante de los ojos se le ofrecía, iba saltando un
hombre de risco en risco y de mata en mata con extraña ligereza: figurósele que
iba desnudo, la barba negra y espesa, los cabellos muchos y rebultados, los
pies descalzos y las piernas sin cosa ninguna; los muslos cubrían unos calzones,
al parecer de terciopelo leonado; mas tan hechos pedazos que por muchas partes
se le descubrían las carnes.
Era El
Roto de la Mala Figura.
Marcos
ha relatado sus propias aventuras: aproximadamente desde los 7 años hasta los
19 se la pasó lejos de la civilización, en esas montañas. Empezó en 1953,
después de vivir en la Andalucía rural con sus padres Melchor y Araceli.
La
mamá murió y el papá terminó vendiéndolo como esclavo a
un ranchero que luego se lo dejó a un pastor de Sierra Morena que luego
falleció. Y luego Marcos se quedó ahí, solísimo.
En
su relato aparece tomando leche directamente de las cabras, tratando de cazar
faisanes, desayunando raíces cual jabalí. Y entrando en una cueva donde se
quedó dormido con unos cachorros de lobo.
Les robé un cacho de carne y de repente ¡zas! la madre me lo quitó de la
boca, gruñéndome. Creí que iba a matarme, pero no. Me dio un trozo, me lamió y
me acurruqué con ella. Hoy en día esa es la única mamá que reconozco.
Marcos Rodríguez Pantoja
Dice
que lo criaron los lobos.
Dice
que perdió el uso del lenguaje y ganó sonidos naturales: empezó a ladrar, a
piar, a chillar, a aullar.
Dice
que aprendió a comunicarse con los animales.
Es muy posible que humanos y lobos coexistan. ¿Creo que los lobos iban
cada vez que Marcos los llamaba? Bueno: eso es más debatible."
José España, biólogo especializado en
lobos
En
1965 un guardabosques que patrullaba las montañas vio a un hombre con pelo
largo, vestido con pieles, vagando. Un Roto de la Mala Figura en
el siglo XX.
Tres hombres a caballo fueron a buscarlo, lo atraparon y lo sacaron de ahí
mientras la criatura aullaba.
Ubicaron
en Cardeña (Córdoba) a su papá Melchor, que volvió a darle la espalda. Entonces
simplemente lo abandonaron en la plaza central. Y Marcos volvió a las montañas,
con unos pastores que se trasladaron a Lopera (Andalucía).
Lo
intentó rescatar Juan Gálvez, el hijo de un médico. Y después pasó a un
convento de monjas. Y después lo metieron en el servicio militar (casi mata a
otro colimba de un tiro). Y después se instaló en la isla de Mallorca, donde lo
estafaron, le robaron y
Lobo está con
Marcos. (Facebooknadie creía su cuento de las montañas y los lobos.)
Se
puso a trabajar en un bar y se aprovecharon de él: le pagaban menos y lo ponían
a venderles marihuana a los turistas. Sin saber de qué se
trataba: le dijeron que eran remedios estomacales.
─Vengo
por "la medicina" ─decía la gente. Marcos se las proveía.
Ahí
conoció en 1975 a Gabriel Janer Manila, un antropólogo que le prestó atención y
en parte le creyó y usó al niño salvaje y pastor para su tesis de
doctorado y lo registró así:
Lo que ocurre es que Marcos no cuenta lo que sucedió, sino lo que él
cree que sucedió."
Gabriel Janer Manila, autor de una
tesis y una novela sobre el caso.
Algunas
cosas que le pasaron al volver a la civilización:
*
Dormía en el piso, sobre unos diarios.
*
Quiso tomar la sopa con la mano. Y no pudo entender que había que pagar
por la comida.
*
En la peluquería pensó que lo iban a degollar.
*
Oyó voces que provenían de un aparato grande de madera y pensó que había
personas atrapadas ahí: quiso rescatarlas y de pronto hubo sólo silencio. Había
destrozado una radio.
*
Huyó aterrorizado del cine cuando estaba viendo un western y los
cowboys galopaban hacia la cámara.

Aullando.
(Facebook)
Pero
siempre lo peor era que no le creían:
─Me
humillaban. Aprendí a odiar y a tener vergüenza. La he
pasado muy mal entre los humanos.
Jugando (Facebook)
Marcos
terminó viviendo en condiciones de miseria en Málaga, hasta que en 1998 un
policía retirado, Manuel Barandela, lo acogió en Rante, un pueblito
de Galicia. Y desde entonces se quedó en tierra gallega.
Sentí algo raro... Le costaba mirarme a los ojos, hablaba mirando
el piso... Estaba demasiado pendiente de mi reacción: si yo lucía confundido,
él se desanimaba; si yo parecía entusiasmado, él se ponía contento.
Matthew Bremner, escritor escocés que
lo entrevistó
Video -ttps://youtu.be/6CJGLpH6eY4
Pero
algo cambió en 2010: salió la película Entrelobos, de Gerardo
Olivares, basada en lo que había escrito el antropólogo Janer Manila.
Cambió
MUCHO: periodistas hacían guardia en su casa, la TV española pasó a llamarlo
"El Hijo de los Lobos", la BBC lo etiquetó como "El Hombre
Lobo"; la gente quería conocerlo, incluso una mujer fue a declararle
su amor...
Desde
entonces se ocupa de haber sido aquel niño salvaje y pastor. Dice
que ve seguido la película, sobre todo cuando está triste o no se puedo dormir.
Y cree que vivir ahí, así, era glorioso.
─Se
me ocurrió muchas veces regresar a las montañas ─admite─. Pero ya me había
metido en esta vida y vi que había muchas cosas que allá no tenía, como la
música o las mujeres. La mujer tira mucho.
A
los 72 años se declara maravillado, aún, por los encendedores. Mira TV varias
horas al día. Y en la casa conserva recortes de diarios con su historia y
calendarios con chicas desnudas:
─Ya
huelo demasiado a humano.
Fuentes:
Archivo Clarín, Wikipedia, Facebook, The Guardian, Faro de Vigo, BBC Mundo, El Confidencial, La Voz de Galicia.
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