La poco conocida cordillera sumergida en aguas de Brasil que puede convertirse en la mayor reserva marina del Atlántico
João Fellet - @joaofelletBBC Brasil
Pero en la cordillera no solo hay barcos brasileños.
Las algas, los peces y los corales tienen su propia melodía.
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27 enero 2018
"Un bosque tropical en
el fondo del mar".
Así es como
el biólogo João Luiz Gasparini describe la cordillera sumergida en la costa del
estado de Espíritu Santo, en el sureste de Brasil, que pronto podrá convertirse
en una de las mayores reservas marinas del mundo.
Dueña de la mayor variedad de especies
que viven en arrecifes de todas las islas brasileñas, la cadena está compuesta
por unos 30 montes submarinos de origen volcánico que se extienden entre la
ciudad de Victoria y la Isla de Trinidad, ubicada a 1.200 kilómetros del
continente.
En una entrevista con BBC Brasil, el
secretario de Biodiversidad del Ministerio del Medio Ambiente de Brasil, José
Pedro de Oliveira Costa, dijo que en los próximos 45 días deberá entregar al
presidente Michel Temer un decreto para la creación de una unidad de
conservación de la cordillera y de otra reserva en el archipiélago San Pedro y
San Pablo, más al norte.
"A partir de ahí, sólo depende
del presidente", señaló.
Según Costa, la reserva en la cadena
Victoria-Trinidad tendría cerca de 450.000 kilómetros cuadrados, área equivalente al tamaño de Suecia.
El estudio en el que se basó la
propuesta dice que sería la mayor zona marina protegida del Atlántico.
El miércoles, el gobierno federal
convocó consultas públicas para discutir la creación de las unidades de
conservación.
gadores, que consideran a la cadena
esencial para el mantenimiento de reservas pesqueras en aguas cercanas y como
uno de los mejores laboratorios naturales del mundo.
La cadena ganó visibilidad global en
agosto de 2017, cuando un estudio sobre en la formación de su fauna fue portada
de la prestigiosa revista científica Nature.
Cáscara de huevo
Cáscara de huevo
João Luiz Gasparini, coautor del
artículo, describe su asombro en su primera visita a Trinidad, en 1995.
Dice que al desembarcar en la isla,
encontró en un charco una especie que jamás había sido registrada por la
ciencia: un pez azulado con una mancha amarilla en la parte superior.
La cordillera sumergida entre Vitória y la isla de Trinidad, a 1.200 kilómetros del continente se compone de 30 montes submarinos de origen volcánico. (Foto: João Luiz Gasparini/Divulgación)
"Inmediatamente me
di cuenta de que existía allí un universo fantástico para ser explotado", señala.
El animal —bautizado como Stegastes trindadensis— es parte del grupo de las
13 especies de peces de arrecife endémicos de la cordillera registrados hasta
ahora.
Sumándolas a las que también habitan
en otras regiones, la lista alcanza 270 especies de peces de arrecife, una de
las tasas de diversidad más altas entre todas las islas del Atlántico.
Pero 24 de estos peces se encuentran en
peligro de extinción.
También habitan la cordillera
alrededor de 140 tipos de moluscos, 28 de esponjas, 87 de peces de mar abierto,
17 de tiburones y 12 de delfines y ballenas.
La reserva tiene 40 tipos de moluscos, 28 de esponjas, 87 de peces de mar abierto, 17 de tiburones y 12 de delfines y ballenas. (Foto: João Luiz Gasparini/Divullgación.
Gasparini cree que hay muchas otras
especies por descubrir: "la gente apenas ha raspado la cáscara del huevo
de la biodiversidad de la cadena Victoria-Trinidad".
Él y otros siete investigadores deben
iniciar este sábado una expedición que pretende romper esa cáscara.
A bordo del Paratii 2, el barco que
llevó al navegador Amyr Klink a Antártida, el equipo intentará pasar por
primera vez el punto en el fondo del mar en el que la temperatura cae
drásticamente, variación conocida como termoclina.
Hasta ahora, han alcanzado un máximo
de 80 metros de profundidad.
Más abajo de esta zona, sobre montes
más distantes de la superficie, esperan encontrar nuevas especies.
"Los arrecifes más profundos son
el nuevo Edén, la próxima frontera para quien quiere hacer buceo científico en
el mundo", dice Gasparini.
El
desafío de bucear
Los investigadores llevan muchos años
intentando llegar a las aguas frías de la cordillera, pero la distancia entre
la costa y los montes sumergidos hace que la misión sea compleja.
El Ministerio del Medio Ambiente enviará un decreto a la Presidencia para la creación de una unidad de conservación de la cordillera. (Foto: João Luiz Gasparini/Divulg
Los buques de la Marina suelen tardar
tres días para llegar a Trinidad, donde Brasil mantiene una base militar. Para
sumergirse en las profundidades con seguridad, hay que contar con equipos
caros.
Esta vez, la misión será facilitada
por el Paratii 2, que es capaz de quedarse tres meses en el mar sin
reabastecerse de combustible.
Los científicos llevarán rebreathers (reinhaladores), unos
aparatos que separan el gas carbónico del aire exhalado por los buzos y le
agregan más oxígeno, para que respiren nuevamente.
Estos equipos permiten pasar hasta
seis horas bajo el agua.
En Brasil, un rebreather nuevo cuesta hasta 33.000 reales (US$10.400).
El viaje contará con investigadores
de la Academia de Ciencias de California, Estados Unidos, y de las
universidades federales de los estados brasileños de Espírito Santo, Pará y Paraíba,
y debe durar 20 días.
El biólogo Hudson Pinheiro, que cursa
un postdoctorado en la academia californiana, dice que las
eras glaciales ayudan a explicar la biodiversidad de la región.
En aquellos periodos, los hábitats
costeros se veían afectados por la reducción del nivel del agua, pero los
montes submarinos, al quedar expuestos como islas, se convirtieron en refugios
para la vida marina.
Conforme el nivel del mar subió en los últimos 10.000 años , muchas de esas especies
permanecieron aisladas y se adaptaron a los nuevos ambientes, ahora sumergidos..
Hasta ahora, los investigadores han registrado 13 especies de peces endémicos de la cordillera (Foto: João Luiz Gasparini/Divulgación).
La cordillera jamás perdió la
conexión con el continente. Muchas especies costeras usan los montes para
desplazarse de un extremo a otro de la cadena en medio del Atlántico.
Hoy, al menos 10 de estos montes
tienen entre 30 y 150 metros de profundidad.
El eslabón de la cordillera con el
continente, dice Pinheiro, es lo que hace que la formación brasileña sea única en el mundo.
Hay otras cadenas montañosas de
origen volcánico en medio del océano, como Hawái. Pero como están lejos de un
continente, el desplazamiento de las especies en esas áreas es limitado.
Otra explicación para la riqueza de
la fauna en la cordillera brasileña es la variedad de algas calcáreas, plantas
marinas responsables de la formación de arrecifes naturales.
En la cadena hay 16 tipos de esas
algas, que crean nichos y hábitats para cientos de otras especies.
Amenazas
Amenazas
Pinheiro es uno de los más
entusiastas con la creación de la reserva marina. Hoy, dice, el área está
amenazada por la pesca comercial y la minería.
Hay reportes sobre barcos que llegan con redes del tamaño de neumáticos
de camión y las arrastran sobre los Cómo quedó uno de los arrecifes de coral más bellos del mundo tras el
paso destructor de un crucero británico en Indonesia
Otro tipo de pesca que preocupa a los
investigadores es la hecha con espinel, cuando se ponen varios anzuelos en una
cuerda, para capturar peces más grandes.
Los tiburones son muy vulnerables a
este método y, como tienen pocas crías, pueden ser rápidamente exterminados.
BBC Brasil pidió una entrevista con
el presidente del Sindicato de las Industrias de la Pesca del Estado de
Espíritu Santo (Sindipesca) para hablar sobre la actividad pesquera en la
región, pero no obtuvo respuesta.
Pero en la cordillera no solo hay barcos brasileños.
Parte de la cadena Victoria-Trinidad
se encuentra en aguas internacionales, por donde transitan barcos extranjeros.
Según los investigadores, hay
informes de que esos barcos también estarían pescando en el mar territorial
brasileño, lo que es ilegal.
En un comunicado enviado a BBC
Brasil, la Marina brasileña dijo que realiza patrullas frecuentes en la
cordillera para inspeccionar y detener embarcaciones irregulares.
La Isla de Trinidad está a la misma latitud de la ciuidad de Victoria (Espíritu Santo).
Otro temor de los investigadores es
la minería submarina. Según un estudio del Instituto Chico Mendes de
Conservación y Biodiversidad, el Departamento Nacional de Producción Mineral
(DNPM) ya ha concedido anteriormente dos licencias para la explotación de bancos
de algas calcáreas y otros organismos y de los arrecifes de corales en la
cadena Victoria-Trinidad.
Las algas, los peces y los corales tienen su propia melodía.
La actividad duró tres años y el
material extraído fue utilizado como fertilizante en plantaciones de caña de
azúcar.
En la página web del DNPM hay
registro de nuevas solicitudes de licencia para la región.
El DNPM no respondió el pedido de
información de BBC Brasil sobre minería en la cadena Victoria-Trinidad.
Según Pinheiro, la
actividad destruye formaciones que tardan miles de años en desarrollarse y pone en riesgo muchas especies endémicas y en peligro de
extinción.
El investigador espera que la
creación de la reserva ponga fin a la minería y que la prohibición de la pesca
en algunas partes de la cordillera ayude a reponer la cantidad de peces, lo
que, según él, también sería beneficioso para los pescadores.
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