Iceberg antartico: Se descubre un fascinante ecosistema oculto bajo un iceberg gigante en la Antártida

Una misión científica que debía estudiar los fondos marinos ha terminado revelando un jardín oculto de criaturas asombrosas tras el desprendimiento colosal de un iceberg. 
Sergio Parra Periodista
Periodista especializado en temas de ciencia, naturaleza, tecnología y salud  especializado en temas de ciencia, naturaleza, tecnología y salud 
National Geographic en Español
26 de marzo de 2025
 
ROV SuBastian/Schmidt Ocean Institute
 Los tentáculos de una deriva hidroides solitaria en corrientes de 360 metros de profundidad. 
En lo más recóndito de la Antártida, un suceso colosal ha transformado la rutina científica en una revelación casi poética.
El pasado 13 de enero, un iceberg del tamaño del municipio de Madrid se desprendió de la plataforma de hielo en el mar de Bellingshausen, abriendo una herida blanca en la corteza polar. 
Lo que parecía una interrupción en la agenda del buque de investigación Falkor (too), del Schmidt Ocean Institute, terminó siendo una oportunidad única: explorar el fondo marino recién liberado, un territorio oculto bajo siglos de hielo, como levantar una piedra en el bosque y descubrir un universo entero latiendo en lo oscuro. 
En lugar de hallarse con un desierto biológico, el equipo encontró un mundo vibrante, lleno de vida adaptada a la hostilidad perpetua. 
Lo asombroso no fue solo su presencia, sino su longevidad: criaturas no solo resistiendo, sino prosperando en condiciones que parecen vedadas a la vida misma. 
Exploración con un robot submarino 
Con la ayuda del robot submarino SuBastian, la expedición descendió a las profundidades, revelando una estética biológica surrealista: anémonas parecidas a árboles Truffula salidos de los cuentos de hadas, junto a arañas marinas, peces de hielo, pulpos y especies aún sin nombre. Algunas de ellas podrían ser endémicas de estas aguas inexploradas.
ROV SuBastian/Schmidt Ocean Institute 
La Antártida, envuelta por la Corriente Circumpolar Antártica como un castillo rodeado de su foso, ha permanecido geográficamente aislada por millones de años. Esa soledad ha permitido la evolución de linajes únicos, testigos del tiempo en estado puro. Así, dado que el mar de Bellingshausen no ha sido explorado en profundidad en términos de biodiversidad, se esperan encontrar muchas especies nuevas. Uno de los hallazgos más impactantes fue el de esponjas gigantes, cuyas dimensiones insinúan edades que podrían extenderse por siglos. 
Alex Ingle/Schmidt Ocean Institute 
Lugar donde el iceberg se desprendió en el mar de Bellingshausen. Una realidad mucho menos estéril de lo esperad
Estos hallazgos confrontan estudios anteriores que, al perforar el hielo o llegar años después de eventos similares, retrataban una realidad mucho más estéril. 
Ahora sabemos que bajo las plataformas de hielo, al menos en los primeros 15 kilómetros, existen ecosistemas diversos y bien establecidos. 
Y eso plantea una nueva pregunta: ¿cómo responderá este delicado jardín submarino a la repentina pérdida de su techo helado? 
 La incertidumbre es considerable. Las criaturas de las profundidades suelen estar adaptadas a condiciones inmutables, y cambios incluso sutiles pueden resultar devastadores. 
Para los organismos descubiertos en el mar de Bellingshausen, la partida de su antiguo iceberg protector podría ser tan transformadora como el destape de un secreto largamente custodiado.
 Una tendencia pujante 
La retirada del hielo es parte de una tendencia inquietante. 
El iceberg que liberó este ecosistema oculto era apenas una fracción de la plataforma de hielo que ha retrocedido más de 40 kilómetros en medio siglo. 
La pérdida de hielo en la Antártida es uno de los grandes contribuyentes al aumento del nivel del mar a nivel global. 
Y esta investigación aporta el contexto necesario para comprender estos cambios recientes y mejorar nuestras proyecciones sobre el futuro. 

 No en vano, en tiempos de transformaciones climáticas aceleradas, conocer lo que se esconde bajo el hielo es también una forma de preservar la memoria del planeta. Como guardianes de un mundo cambiante, mirar al fondo es, quizá, una de las formas más urgentes de mirar hacia el futuro.La pérdida de hielo en la Antártida es uno de los grandes contribuyentes al aumento del nivel del mar a nivel global.
 Y esta investigación aporta el contexto necesario para comprender estos cambios recientes y mejorar nuestras proyecciones sobre el futuro. No en vano, en tiempos de transformaciones climáticas aceleradas, conocer lo que se esconde bajo el hielo es también una forma de preservar la memoria del planeta. 
Como guardianes de un mundo cambiante, mirar al fondo es, quizá, una de las formas más urgentes de mirar hacia el futuro.

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